top of page

Terror psicológico, amenaza de intervención militar e intento de golpe de Estado yanqui en Venezuela

  • Foto del escritor: prensatiroalblanco
    prensatiroalblanco
  • hace 38 minutos
  • 7 Min. de lectura

ree

Por Maximiliano Borches


El despliegue de un submarino nuclear y ocho destructores misilísticos y cruceros que transportan a unos 4.500 infantes de marina estadounidenses en aguas del caribe adyacentes a la República Bolivariana de Venezuela, junto a los ataques (reales o no) a tres embarcaciones supuestamente provenientes de Venezuela, que según el gobierno de EEUU iban “cargadas de drogas”, representa la tercera etapa injerencista y de nuevo intento de golpe de Estado en el país sudamericano, tras los fracasos políticos de Washington por querer imponer a figuras devaluadas de la oposición venezolana, como el olvidado Juan Guaidó (a quien llamaban “Presidente”) y la golpista mística María Corina Machado. La creciente militarización estadounidense en Panamá, la posible reapertura de bases militares en Ecuador y la presencia cada vez más continúa del Comando Sur de Estados Unidos en la Patagonia argentina reavivan la Doctrina Monroe, y ponen en jaque la soberanía y la libertad de los países americanos.

 

Rechazada por los gobiernos de Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Uruguay y Venezuela (integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC), la presencia militar estadounidense en el Mar Caribe, es la expresión de un nuevo giro que pretende ser hegemónico -sin dejar de presentar rasgos agónicos-, para la administración imperial de Donald Trump, que día a día pierde fuerza ante la emergencia de China como superpotencia global, el renacer de Rusia como potencia clave de Europa y Asia y la presencia de los BRICS.


En este sentido, y con la mirada puesta en el control de los recursos naturales y geopolíticos de América, cuando le preguntaron al presidente Trump si planeaba lanzar un ataque dentro del territorio venezolano en su “lucha contra el narcotráfico”, éste respondió con un “ya verás”, acompañado por su enigmático gesto de cejas y boca. Las operaciones de Estados Unidos en el Caribe generan una guerra psicológica que busca hacer creíble la amenaza contra el presidente venezolano Nicolás Maduro y ejercer presión dentro de su círculo. Después de tres supuestos ataques a embarcaciones, en los que al menos dos fueron destruidas con sus tripulantes adentro, según la versión de la Casa Blanca, y la presencia militar en aguas territoriales frente a las costas venezolanas, la tensión bilateral crece como parte de una guerra de narrativas y discursos intimidatorios.


“No es tensión, es una agresión militar”, respondió por estos días el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Trump mostró los videos de las lanchas explotadas por sus militares. Desde el gobierno venezolano, al menos del primer caso ocurrido a principios de septiembre, aseguran que fue una imagen echa con inteligencia artificial y Maduro solicitó que se investigue lo ocurrido, a la vez que calificó los movimientos de Estados Unidos como una agresión de carácter militar. En el terreno y el discurso el conflicto continúa escalando.


Embarcación supuestamente atacada por Estados Unidos el pasado 15 de septiembre. Foto: Gobierno de EEUU.
Embarcación supuestamente atacada por Estados Unidos el pasado 15 de septiembre. Foto: Gobierno de EEUU.

Las posibilidades de una invasión o de ataques mayores a los ejecutados contra tres lanchas supuestamente cargadas con droga son difusas, incluso con el despliegue naval que se hizo en el Caribe. El ex vicesecretario adjunto de Defensa para el Hemisferio Occidental, Franklin Mora, señaló durante una entrevista que brindó al canal CNN en Español, que las capacidades militares que desplegó Estados Unidos con un submarino nuclear, destructores, cruceros y entre 4.000 y 5.000 infantes de marina, no es suficiente para invadir un país como Venezuela. “No creo que esto se trate de una invasión militar. Se trata más bien de una operación psicológica que trata de intimidar e incentivar a los militares a través del miedo a que saquen a Maduro del poder”.


En opinión de Mora, con los equipos desplegados por EE UU en el Caribe se podrían realizar operaciones quirúrgicas para la destrucción de pistas usadas por narcotraficantes, en vez de interceptar barcos, entendiendo según su criterio que la vía área es la principal salida de drogas de Venezuela.


En medio de esta escalada, la narrativa intimidatoria contra la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela se construye a coro. El senador republicano de origen latino, Bernie Moreno, vaticinó que Nicolás Maduro no permanecerá en el poder “más allá de 2025”. Su compañero de bancada y otro republicano de origen latino, Mario Díaz Belart, afirmó, de manera también injerencista y provocadora, que al presidente venezolano le quedan tres opciones: “irse del país, pudrirse en una cárcel o terminar en polvo dentro de una bolsa plástica”. 


Por su parte, el secretario de Estado (también de origen latino), Marco Rubio, directamente acusó a Maduro de ser un “criminal” y “fugitivo de la justicia estadounidense”, a la vez que lo señaló como “Presidente legítimo”, desconociendo los últimos resultados electorales en el país ubicado al norte de Sudamérica.


Respuesta venezolana

Las fotografías de los integrantes de las milicias bolivarianas empuñando fusiles y recibiendo entrenamiento militar, son parte de la respuesta a la presión militar estadounidense sobre Caracas. También, altos funcionarios exhibieron su buena forma y destreza en los polígonos de tiro, como hace unos días mostró Freddy Bernal, gobernador del Estado de Táchira, fronterizo con Colombia, expolicía e incondicional de Maduro, como una manera de hacer ver que están listos para una lucha armada, si la hubiera.


Cada día que pasa el gobierno y gran parte del pueblo venezolano se muestran preparados para enfrentar la agresión. Maduro apareció en medio de una formación de centenas de militares y policías para mostrar su enorme apoyo ante cualquier amenaza. Aseguran haber convocado a más de 8,2 millones de venezolanos en las jornadas de alistamiento los primeros días de septiembre, que se suman a un cuerpo de 4,5 millones de milicianos que ya reciben entrenamiento militar. Su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, también apareció desde un búnker mostrando el despliegue de tropas hacia las principales fronteras del país y acusó recientemente a Estados Unidos de hacer un ejercicio de guerra psicológica contra su país, a la vez que advirtió de que Venezuela se encuentra en “máxima preparación”, y que si deciden agredirlos, el “potencial” del país se convertirá en “poder nacional”. Además, el ministro aseguró que tanto la Fuerza Armada Nacional como el pueblo venezolano están dispuestos a “dar la vida”, si fuera necesario.


Por otra parte, y durante esta última semana, el ministro de Defensa venezolano acusó a Washington de intensificar la vigilancia aérea sobre Venezuela, citando un aumento en los vuelos de espionaje. “Ahora pasaron de un patrón diurno a hacerlo de noche y de madrugada, y triplicaron en agosto las operaciones de inteligencia y reconocimiento contra Venezuela”.


¿Qué sistemas de armas y cuantos marines incluyen el despliegue militar estadounidense frente a las costas venezolanas?

El escuadrón naval enviado por Estados Unidos a las costas cercanas de las República Bolivariana de Venezuela, comprende principalmente el Grupo Anfibio de Despliegue Inmediato Iwo Jima. Este grupo está compuesto por tres navíos centrales: el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima, el buque de transporte anfibio USS San Antonio y el buque de desembarco USS Fort Lauderdale.

Estos tres buques transportan aproximadamente 4500 efectivos de Infantería de Marina y llevan a bordo la Unidad Expedicionaria de Marines número 22, que suma 2200 efectivos..


ree

El USS Iwo Jima se encuentra en el mar Caribe.


Se suman también tres buques de guerra “destructores”. Estos son el USS Jason Dunham, el USS Gravely y el USS Sampson. Son buques de guerra destructores de misiles guiados de la clase Arleigh Burke, equipados con sistemas de combate Aegis y más de noventa misiles, incluidos misiles tierra-aire.


También se han desplegado varios aviones de vigilancia P-8, conocidos como Poseidón, diseñados para reconocimiento, vigilancia y guerra antisubmarina y algunos aviones de ataque AV-8B Harrier II+, aeronave de despegue y aterrizaje vertical, que de a poco están sustituyendo por los más modernos F-35. Un submarino nuclear también forma parte de este despliegue, capaz de lanzar misiles de largo alcance y operar en misiones de inteligencia y disuasión.

Como refuerzo adicional, el presidente Trump ordenó el envío de buques suplementarios al sur del mar Caribe: el USS Lake Erie, un crucero de misiles guiados, y el USS Newport News.


A modo de conclusión

La agresión militar abierta de Estados Unidos contra la República Bolivariana de Venezuela, no solo forma parte del despliegue estratégico del Comando Sur en la región (su comandante, el almirante Alvin Holsey ya visitó dos veces la Argentina solo en este año, y según versiones, avanzan las negociaciones con la administración de los hermanos Milei para que controlen la Base Naval Integrada, que el gobierno de Alberto Fernández comenzó a construir en Ushuaia para la Armada Argentina, con el objetivo de tener control directo en el Canal de Beagle y el acceso a la Antártida)


El Presidente Javier Milei recibió en Casa Rosada al jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, Almirante Alvin Holsey y a su comitiva. Del encuentro también participó el ministro de Defensa, Luis Petri.
El Presidente Javier Milei recibió en Casa Rosada al jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, Almirante Alvin Holsey y a su comitiva. Del encuentro también participó el ministro de Defensa, Luis Petri.

La resignificación de la Doctrina Monroe, se da en un momento de debilidad estratégica de los Estados Unidos ante la emergencia de China como superpotencia global, en alianza con Rusia y la India y como gran cabeza de los BRICS, que según todas las previsiones, controlarán gran parte del comercio mundial en poco tiempo más.


Además, esta acción militar (por ahora no directa) de Washington al principal país productor de petróleo de América del Sur, se desarrolla con la venia de varios gobiernos regionales, entre ellos la debilitada Argentina de los hermanos Milei rendida a los pies de Washington, y en medio de una presión comercial inaudita como la errática política de aranceles y la persecución abierta a migrantes latinos en varios puntos de los Estados Unidos.


Defender la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela cobra el mismo sentido que defender la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, ocupadas hoy ilegalmente por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, al servicio de la OTAN en el Atlántico Sur.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 

Comentarios


bottom of page