Por Maximiliano Borches para Tiro al Blanco
En un esperado acto de sensatez política, el presidente Alberto Fernández anunció a través de un video publicado en su cuenta de Twitter, su decisión de no competir por su reelección. Situación que no solo brinda un necesario alivio al peronismo y aliados; sino que de haber perpetuado su narcisismo, flaco favor le hubiera hecho a las posibilidades aún reales del campo popular y nacional de competir por otra gestión peronista, frente a la agresión de la derecha neoliberal y (neo)libertaria, que en esta etapa dejó de amenazar y ahora expresa con total claridad su proyecto político que apunta a terminar con los derechos y conquistas del pueblo argentino, y administrar los estratégicos recursos naturales en favor de los intereses de multinacionales y estados extranjeros.
Al momento de escribir este artículo pasaron pocos minutos del anuncio oficial (vía Twitter) que realizó el presidente Alberto Fernández, a través del cual –y con supina sabiduría- confirmó su decisión de no competir por su reelección. Situación que no solo brinda un necesario alivio al peronismo y aliados; sino que de haber perpetuado su narcisismo, flaco favor le hubiera hecho a las posibilidades aún reales del campo popular y nacional de competir por otra gestión peronista, frente a la agresión de la derecha neoliberal y (neo)libertaria, que en esta etapa dejó de amenazar y ahora expresa con total claridad su proyecto político que apunta a terminar con los derechos y conquistas del pueblo argentino, y administrar los estratégicos recursos naturales en favor de los intereses de multinacionales y estados extranjeros.
Una vieja máxima del creador del principal movimiento político de Argentina y las Américas, Juan Domingo Perón, es la que afirma que: "Los peronistas somos como los gatos. Cuando nos oyen gritar creen que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo"
Si bien la futurología no es un elemento serio de análisis, todo parece indicar que el actual embajador en Brasil –y uno de los dirigentes políticos más destacados de los últimos años- Daniel Scioli, sería el bendecido por el peronismo (y quizá por consenso interno) para competir en las elecciones de octubre, debido a que su figura sintetiza las aspiraciones de los espacios internos del movimiento nacional, como así también por el buen diálogo que mantiene con los sectores productivos, económicos y financieros del país.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Solo faltan seis meses para que los argentinos concurramos a las urnas (y cuatro meses para la celebración de las elecciones PASO)
Debido a varios aspectos exógenos a este Gobierno (principalmente la colonizante vuelta al FMI tras el escandaloso préstamo de 45 mil millones de dólares que contrajo Mauricio Macri, y del que no se usó ni un solo dólar para llevar a cabo obra pública o generar producción científica y/o tecnológica nacional), como así también factores inesperados como la pandemia global de coronavirus, la crisis económica mundial que trae consigo la guerra de Ucrania y la sequía más grande que sufre la Argentina en el último siglo, acompañado por errores políticos propios, terminaron generando la mega-crisis socioeconómica que afecta a nuestro pueblo, principalmente a los sectores de asalariados medios y los más postergados.
Para que la Argentina se ponga de pie, hace falta que sus fuerzas productivas logren un consenso patriótico.
“Nadie se salva solo”, nos recuerda constantemente el Papa Francisco.
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