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Palo Pandolfo, el juglar urbano

Foto del escritor: prensatiroalblancoprensatiroalblanco

Actualizado: 26 jul 2023

El 22 de julio de 2021 fallece en el barrio de Caballito, Roberto Andrés Palo Pandolfo.

Faro musical y poético durante los '80 y '90 con sus bandas Don Cornelio y La Zona y Los Visitantes, respectivamente. Con los años se convirtió en un verdadero juglar urbano que a veces se vestía de pampa.


A tu salud, Palo. Dondequiera que estés.


Cenizas y Diamantes, Don Cornelio y La Zona

Parado aquí escucho las voces Son cantos de gloria Sonidos secos Son ríos huecos Controlan mi memoria. Cenizas y diamantes Cenizas y diamantes Doblando aquí confundo los colores Son resplandores divinos Densa oscuridad Fuego más velocidad La tumba del camino. Cenizas y diamantes Cenizas y diamantes Saludo y pateo la mirada del dolor Laten mis sueños Sobrevuelan hasta vos Hay un túnel, una luz, una salida Hay tres pájaros espejos en caída Un sabor que nace de tu respiración Amargo amor, cenizas y diamantes pasión Amargo amor. Cenizas y diamantes.


Somos el cielo, Los Visitantes

Si estamos juntos si nos aguantamos si es mejor ayudarnos sin razón si estamos juntos si nos rescatamos si es lo mejor compartir nuestra pasión. Tracción, explosión en cueros tensión de leones ciegos mujer de siete velos tensión, somos el cielo.



Un reflejo, Palo Pandolfo y La Hermandad

Se tensa la red salen al mar, lo dejaste ser, va de carnada. Salen en invierno arriesgándose a morir, marineros ya salen al mar dejando un querer. Terminó la época sin viento que lo retiene acá. Tomó su morral de cuero como en una actuación, estaba vacío, vacío. Su vida se condensaba acá y en el pecho un reflejo vacío, vacío. Lugar difícil de llenar ni en tierra ni el alta mar. Alas blancas hoy cruzando el cielo y el mar, como en un lento despertar el sueño gira y no tiene final. Por los remolinos de su mente se internó, la voz del rayo lo ensordeció y con un resto de lucidez... Se reinventó, reinventó el Sol, reinventó la luz, reinventó el amor, reinventó el ayer, reinventó el dolor, reinventó la fe y se reinventó. Aún recostado en los años, los siglos que pasaron Y el perdón... Te debo.




 
 
 

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