(el caso de dos que no van Juntos)
Por Liliana M. Urruti
Si nos desafiaran a citar medios de comunicación no hegemónicos, lo que en tiempos de su nacimiento se llamaban medios alternativos, se nos ocurrirían un montón. Y le podríamos agregar otro montón si vamos preguntando a cada uno de los que nos rodean. La asombrosa suma nos lleva a una pregunta: ¿Es tan grande el poder de los medios concentrados? ¿O nosotros no nos animamos a darles batalla? ¿Por qué son tan poderosos? ¿Lo son per sé o nosotros les otorgamos un poder poco ordinario?
Si nos agrupáramos, si encontráramos un punto de encuentro y todos los días lanzáramos una noticia en común y las hiciéramos tendencia en Twitter, Facebook, Instagram, la popularizáramos en Twich, Tik Tok, Youtube, y en poscasts y utilizáramos lo que la actualidad nos pone a disposición en materia plataformas, blogs, revistas, y todo lo que nos ofrece la virtualidad, seguramente quebraríamos el anillo mediático alrededor, por ejemplo, del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, al que no se le puede quitar mérito en eso de hacernos creer que la “transformación no para” casi como un mantra. Aunque todos sabemos que no hay transformación ni nada para parar.
Es imposibilidad o pereza la que arrastramos.
Las calles de Buenos Aires se vienen abajo (literal), no les importa la educación, no les importan los niños ni los jóvenes, ni la salud, ni los viejos, ni las personas con discapacidad, ni los espacios verdes, ni derrumbar casas antiguas que reflejan la Buenos Aires real o como la de la poeta Alfonsina Storni, que demostraría aprecio por la cultura. Y a pesar de ello, todavía hay “vecinos” dispuesto a votarlo. ¿Será que nos sentamos a relatar la realidad porque nos da pereza transformarla? Antes lo técnico influía. No había manera de enfrentar costos. Los programas en radios barriales se tornaban imposibles de sostener económicamente. Pero ahora podemos instalar un medio solo con un poco de decisión y creatividad. Entonces cabe la pregunta ¿Nos falta decisión, esfuerzo y creatividad y nos sobran ganas de quejarnos? Somos la vieja que se queja de los hijos que no vienen seguido a verla. Mientras tanto el jefe de gobierno gasta $ 12 millones por día en publicidad. Según consigna el diario Tiempo Argentino en los primeros tres meses del año, utilizó menos del 2% del presupuesto asignado a Becas Estudiantiles, apenas el 12% a Políticas Alimentarias, y un 0% en “Créditos a la Primera Vivienda”. La Subsecretaría de Comunicación Social a un pedido de acceso a la información pública realizado por Tiempo Argentino manifestó, sin embargo, que no puede desagregar la información, pero ‘La transformación no para’. Siguen los siguientes parámetros de distribución: TV abierta: 36%; TV paga: 12%; Radio: 15%; Vía pública: 17%; Cine: 2%; Diarios y revistas: 9%; Internet: 9%. De acuerdo al Observatorio del Derecho a la Ciudad, si se le suman los casi 1500 millones de la Subsecretaría de Comunicación Social, que asiste a la Secretaría de Medios, el total llega a 4.923 millones para 2022, de los que se utilizaron $1069 millones en los primeros tres meses, consigna La Izquierda Diario.
Natalia Gulino
Sin ese anillo hubiera salido a la luz, por ejemplo, el caso de Natalia Gulino que será representada finalmente por el estudio Jurídico del Dr. Luis Tagliapietra. Natalia ha tomado la decisión de presentarse ante la Justicia y “denunciar Penalmente al Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, por incumplimiento de los deberes de funcionario público, discriminación, maltratos reiterados y precarización laboral, como trabajadora de COPIDIS, área de discapacidad, Gobierno de la Ciudad, con 14 años de antigüedad. También he presentado demanda al Gobierno Porteño, en concepto de salarios, antigüedad y vacaciones, no abonados en tiempo y forma”.
Natalia ingresa al mercado laboral en el año 2007. Tiene 39 años, y es una persona con discapacidad visual y visceral, a causa de una patología atípica de nacimiento, (Trisomía del IX Par). Dice Natalia: “Me llevó a tomar tal decisión (la denuncia), la falta de humanidad y sensibilidad, como así también la crueldad para conmigo, por parte de las autoridades del GCBA, desoyendo mis diferentes reclamos a lo largo de mis años trabajados, viéndose mis derechos totalmente vulnerados, con el agravante de ser mujer y una persona discapacitada.”
Debemos recordar que el Gobierno de la Cuidad debe, por ley, cumplir con el 5% de cupo laboral para personas con discapacidad y que cualquier ciudadano puede pedir información para verificar si se cumple.
La Comisión de Discapacidad Confederación de Jubilados, Retirados, Pensionados y Adultos Mayores, afectos a encadenarse frente a la Legislatura Porteña, pueden dar cuenta de ello. ¿Cómo sabemos de esto? No por la Nación más, no por América TV, no por TN, ni siquiera por C5N. Lo sabemos por las Agencias, como la Paco Urondo, las publicaciones como Sudestada, Anfibia, Mu, por los Blogs, como Tiro al Blanco, por medios que no cuentan con pauta publicitaria ni subsidios.
Natalia llevo su caso a treinta y dos (32) medios entre escritos, y radios. A pesar de que la discapacidad es un tema vedado 32 periodistas escuchamos y difundimos su caso.
Silenciar la discapacidad en los medios
Es hora de hablar de discapacidad, de definirla, de ponerle un nombre y de incluirla dentro del universo de lo político. Ámbito en el que parece estar censurada. ¿A cuántos medios, de los que tienen una llegada más o menos importante, escuchamos hablar de discapacidad? Debo decir que si de audiencia se trata este colectivo sumó hace once años 5 millones de personas (hablo del censo de 2010 ya que el del 2022 no se menciona a las personas con discapacidad). Cinco millones de personas que rodeada por unas cuatro interesadas directamente en su situación suman veinte millones relacionados directa o indirectamente con la discapacidad. El Gobierno de Mauricio Macri modificó, en enero de 2016, a través de un decreto la Ley de Medios aprobada durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, disolvió organismos regulatorios y creó el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), pese a que un juez había dictado una medida para frenar cambios. Se cambió el artículo 41 que restringía la venta de medios audiovisuales, algo que ahora se permite, y facilita la integración de cadenas privadas de radio y televisión, lo que hasta ahora estaba muy restringido, precisó el diario La Nación. Tampoco habrá topes a la cantidad de ciudades en las que pueden operar las empresas de cable, que hasta ahora era de 24, que además pasaron a regirse por la ley de telecomunicaciones.
Además, se eliminaron las restricciones a la propiedad cruzada de televisión por cable y radio y TV abierta; y los actuales licenciatarios de TV y radio podrán pedir la extensión del plazo de licencia por 10 años, sin importar cuándo sea su fecha de vencimiento actual. Tanto que les gusta compararse con los países desarrollados. Solo hace falta reponerlo por la misma vía que se lo anuló: un decreto. Pero mientras el Ministro de Justicia relata la realidad estamos sin ley, y con abultadas pautas a los medios concentrados y ninguna a las alternativos o a las radios con programas que sostienen la comunicación con datos e investigación.
¿Qué característica deberían tener los medios para que no sean simples territorios de opinión con okupas que toman dos o tres casos como muestra, muchas veces inventados, para generalizar una realidad, que no se avala con un solo dato? ¿Dónde quedó el periodismo de investigación?
Continuamos con Natalia
“Es gravísimo e incoherente, que desde un organismo como COPIDIS, (Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad), cuyo objetivo primordial es: ‘La promoción de los derechos de las personas con discapacidad en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, y que además fomenta la participación ciudadana, la equiparación de oportunidades, el acceso a la justicia y a la vida independiente”, violen de manera sistemática sus derechos. “Esto ocurre con la complicidad de diversos funcionarios y organismos, como lo es la Comisión de Discapacidad de la Legislatura Porteña, quienes conociendo fehacientemente mi situación, jamás intercedieron para mejorar mis condiciones y estabilidad laboral. Ciudad que respeta, valora y se enriquece en la diversidad, tal como describen y afirman en sus declaraciones y publicaciones oficiales”, afirma Natalia Gulino .
En agosto del 2021, (esto lo he dicho en varias notas) el presidente en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), dio a conocer el plan AccesAR para fortalecer la inclusión de las personas con discapacidad, “este plan significa dar recursos a los municipios para que todos tengan la posibilidad de acceder a aquello que necesitan”. “Con esto estamos dando un paso que tiende a poner justicia social allí donde se vio quebrada. Porque desamparar a alguien que tiene una discapacidad es un acto de injusticia y de inmoralidad y es una inconducta del que gobierna”, sentenció. Las partidas presupuestarias asignadas no se vieron en mejoras concretas.
En la misma línea propició la decisión de que cada organismo oficial cuente con una persona con discapacidad dispuesta a asesorar sobre el tema. Eso tampoco se cumplió. Natalia se refiere varias veces a “funcionarios que no funcionan”, en alusión a los dichos de la propia Vicepresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner. Es cierto, debe haber algo que se llame “funcionariato” que es la mimetización con la parte menos clara, o más oscura, de un cargo.
Desde el llano se sostienen ideas y acciones que desde el “funcionariato” no son llevadas a cabo, o mejor dicho son desechadas, abandonadas, traicionadas. Surge entonces otra pregunta: ¿Recién ahora se dan cuenta que están violando los derechos de Natalia, no son solo los suyos sino los de todo el colectivo de discapacidad? ¿Recién ahora se dan cuenta que Natalia necesitaba un abogado que defienda sus derechos? Si no somos capaces de sostener la palabra acuñada en el llano para qué asumimos funciones. Para qué alguien, o cualquiera, se postula a un cargo, o para qué acepta una designación en el gobierno de turno. Y ¿No están acaso los medios de comunicación para actuar de contralor?
La Superintendencia de Seguros de Salud (SSS) no tiene poder para hacer cumplir sus propios dictámenes; la Andis no tiene ni siquiera un listado de centros de atención kinesiológica: las obras sociales “pichulean” el peso y deterioran la salud de quienes requieren medicamentos, soportes, órtesis y prótesis pagando las más baratas y de peor calidad.
Algo está fallando.
Los medios no quieren ocuparse de estos temas. ¿Son temas menores? ¿Menos atractivos? Creo que se han quedado en aquella idea de la primicia y el punto de rating. Señores, la internet llegó para quedarse y podemos impulsar de muchas formas una noticia que no sea el romance de L-Gante y Wanda Nara y sin embargo despierte interés. ¿O acaso la creatividad dio paso a “cuanto hay en el sobre”?
Natalia se ve obligada a disculparse como si estuviera cometiendo un pecado: “Nunca cobré pensión ni subsidio alguno: Lo poco que conseguí hasta ahora, fue por mi tenacidad e insistencia. Ya cada vez se me está haciendo todo más duro e insostenible, lo que perjudica notoriamente mi calidad de vida por el deterioro severo de la misma.”
Aparece la meritocracia, ella no tiene derechos, es necesario aclarar que lo poco que pide se lo ganó. Hasta en esto nos están ganando la batalla. Necesitamos rogar y ni siquiera haciendo eso estamos seguros de lograr lo que pedimos.
No podemos dejar la comunicación en manos de cuatro vivos.
Necesitamos la ley de medios para que esos cuatro vivos no hagan de cuenta que están interesados en temas como el paro de médicos en la ciudad de Buenos Aires, o en la toma de colegios, y continúen aludiendo al colectivo como “discapacitados “ y no “personas con discapacidad”, porque no entienden ni se preparan para abordar el tema.
Es imperioso que el gobierno destine infraestructura y pautas para quienes se sostienen solo por suscripciones, pero trabajan a la par de cualquier otro medio con pauta. Necesitamos medios accesibles con lengua de señas, visibles y con subtitulados, en los que se respeten los derechos de las personas hipoacúsicas, y no videntes. En qué lugar está escrito que no importa que una persona sorda se entere que se decretó un asueto, porque no escucha, y vaya a trabajar. Hay que desterrar la idea de que una persona con discapacidad motriz no puede entender lo que se le está diciendo y se le hable a los gritos. Esto es cultural y si no ponemos las herramientas de las que disponemos al servicio de las “todavía” minorías dejamos por ejemplo que Martín Tetaz utilice a la discapacidad y crea que él puede hacer que el CUD (Certificado Unico de Discapacidad) sea definitivo.
Necesitamos medios al servicio del pueblo, para el pueblo. Para todos los ciudadanos. Para todos los habitantes. Pero para ello se necesitan acciones. Sabemos que Clarín monopoliza la información. Lo sabemos de siempre pero no hacemos nada además de nuestro derecho a la queja. Necesitamos pensar las comunicaciones para que este caso y tantos otros adquieran significado. Para que el caso “Natalia Verónica Gulino” no sea uno más de tantos.
La comunicación debe servir para algo. Me viene un recuerdo: el de aquellos pueblos remotos cuando por la radio Juan le dice a su novia María que llegará el miércoles a las 13hs, que lo espere en la estación.
Comments