En el día de su cumpleaños volvemos a compartir la nota que el Padre Paco Olveira le brindó a Tiro al Blanco
“Tener un oído en el pueblo es escuchar las razones por las cuales hoy no te votó”
Un infatigable luchador social, un religioso que lleva con humildad su misión pastoral, un discípulo del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, un cura con un oído en el Pueblo y otro en el Evangelio, un inconformista ante la situación de millones de argentinos. Estas son algunas de las maneras del describir al cura Francisco Olveira, o simplemente Padre Paco como le gusta que lo nombren en los barrios.
Tiró al Blanco dialogó con aquel seminarista que llegó a la Argentina desde su Málaga natal en plena hecatombe alfonsinista. Es en este país donde termina su graduación en Teología y comienza su labor cristiana junto a los más necesitados. Lugar que nunca más abandonará.
-¿Qué lo impulsó a abrazar la misión pastoral?
Yo digo que Dios amalgama cosas. Yo soy de una familia de clase media, con seis hermanos. Mis padres eran católicos practicantes y la verdad es que me enseñaron a vivir en austeridad, sin faltarme nunca nada. Creo que me marcó el hecho de que la casa de mis padres tenia las puertas abiertas para todo el mundo. También tuve la suerte de tener dirigentes que me enseñaron a desarrollar una mirada crítica con respecto a la sociedad. Recuerdo en especial a un cura que me llevó a conocer las chabolas, lo que acá se conoce como villa miseria, y eso me marcó. Toda esa amalgama de cosas fueron las que me llevaron a abrazar mi vocación al sacerdocio. Ahí tuve en claro que mi camino era vivir y compartir mi vida con los más necesitados.
-¿Cómo fue su paso por el colegio de los Hermanos Maristas?
En el colegio yo sentía que no se estaba dando el testimonio de lo que tendría que ser un cristiano. Eso me lo mostró el capellán que estaba en ese colegio y fue quien nos llevó a ver la realidad, nos hizo ver las cosas de otra manera. Claramente, lo que tengo de cristiano comprometido no se lo debo precisamente a ese colegio.
-Luego de sus años de formación con los Hermanos Maristas llega a la Argentina. ¿Con qué realidad se encuentra?
Tengo dos recuerdos que me acompañan hasta el día de hoy. El primero es la visita que realizo, al poco tiempo de llegar, a la villa de Puerta de Hierro en La Matanza. Se trataba de un núcleo habitacional transitorio que se encuentra sobre la Avenida Crovara. Sentí en ese momento como si estuviera entrando en un campo de concentración porque uno pensaba que era muy difícil salir de ahí, salir bien digo. Ahí tuve la sensación de que los pobres están siempre luchando a contracorriente. Esto me lo confirmó el hecho de que ese núcleo habitacional que iba a ser transitorio, los planificadores de la última dictadura militar estimaban un año, al día de hoy sigue habitado por algunos vecinos.
-Llega al país en un momento en que la desastrosa política económica de Alfonsín estalla por los aires.
Sí, llega el quilombo de la hiperinflación, Alfonsín deja la presidencia anticipadamente, los saqueos. Esto me mostró una realidad totalmente distinta a la que yo había visto en España, y eso no se debe a que en España no había pobreza. La diferencia se da porque es distinta la asistencia del Estado debido a que cuentan con otros medios económicos. Y otro punto es que si bien en Europa existen grupos excluidos, por su nacionalidad exclusivamente, no existe el enorme grado de desigualdad que vemos en esta región. Puede sonar como un lugar común, pero es la verdad: en América Latina el gran drama no es la pobreza sino la desigualdad.
El Padre Paco comienza a recorrer Latinoamérica llevando a cabo su misión pastoral. En Colombia donde forma parte, como enfermero profesional, en Médicos del Mundo Francia, organización encargada de la atención a la población civil víctima del conflicto armado. Este recorrido por diferentes países lo lleva a identificar puntos en común, similitudes en la realidad de los pueblos latinoamericanos. “Existen muchos puntos de unidad. Yo creo que nuestro continente es un continente cristiano. Pero existe el dilema de que si realmente es cristiana en la región tendría que prevalecer el Nuestro antes que el Yo o Tu. Y volviendo a lo anterior, lo que iguala a todos los países de Latinoamérica es la tremenda desigualdad. En todos los países podemos encontrar pequeños grupos de enormes riquezas frente a inmensas mayorías empobrecidas. Existe una misma matriz. Perón lo decía muy bien ‘El 2000 nos encontrará unidos o dominados’, lamentablemente nos encontró dominados”, señala el Padre Paco.
-Esa matriz de desigualdad surge como consecuencia de un modelo económico que se intenta aplicar por igual en toda la región, modelo que siempre se diseña en el norte.
Sin dudas, la política norteamericana tiene muy buenos aliados en toda América Latina. El proyecto neoliberal está activamente presente o está dirigiendo países, o bien enfrentando a los proyectos que son populares.
-El cura Carlos Múgica solía identificar al peronismo con el cristianismo. Decía que el peronismo realizó el mandado evangélico del amor real y verdadero. ¿Se ve reflejado en esa posición?
Sin dudas. Para nosotros, los Curas en la Opción por los Pobres, nos sentimos herederos del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del cual Múgica fue una de sus caras más visible. Carlitos nos marca el camino. A parte estamos hablando de un mártir, él fue asesinado por defender la causa del pueblo, frente a la figura de un mártir no hay más que hablar. Nos sentimos totalmente identificados con él.
-¿Qué pasa por su cabeza cuando escucha consignas, a veces repetidas de modo adolescente, como Iglesia y Estado, asuntos separados?
Primero creo que la Iglesia que no debe tener privilegios. Si Iglesia y Estado, asuntos separados, se refiere a la perdida de privilegios estoy de acuerdo. Porque Jesús jamás buscó ningún tipo de privilegios. Ahora bien, la Comunidad Organizada son las instituciones de la sociedad civil, en este caso sociedad religiosa, colaborando con el Estado para la búsqueda de la justicia social y el bien común. La Iglesia es una institución más que está conformada por todos los bautizados, no solamente por las jerarquías. Por eso hay consignas que deberían diferenciar este asunto. La única Iglesia posible es la Iglesia de Jesús que vino a anunciar buenas noticias a los pobres.
-¿Cree que en este tipo de señalamiento pesa el papel de las jerarquías eclesiásticas en el último golpe cívico-militar?
Totalmente. Debido a ese papel nefasto mucha gente no quiere saber nada de la Iglesia. Pero como decía anteriormente, hay que saber distinguir. Porque dentro de la Iglesia también estamos nosotros que denunciamos las posturas que tomaron las jerarquías de aquel entonces. Y tampoco hay que olvidar que dentro de la Iglesia también podemos encontrar a nuestros mártires.
-En un reportaje usted dijo que “la fe cristiana es una fe impertinente, tiene que importunar”. Esto me lleva a preguntarle por alguien que viene importunando a los poderes fácticos, estoy hablando del Papa Francisco, ¿qué balance hace de su papado?
La verdad es que Francisco nos sorprendió gratamente. Creo que hoy se ha transformado en el principal referente mundial que nos enseña que otro mundo posible. Eso nos lleva a acomodarnos a una realidad que no es nada humana ni cristiana. Él no dice nada bueno, no está inventando nada, lo que él dice está en el Evangelio, en la Doctrina Social de la Iglesia. Lo dice de una forma sencilla y se lo dice a quién se lo tiene que decir. Y eso genera mucha indignación en aquellos que son amigos del poder y la riqueza.
-No es usual escuchar a un Papa tomar posición sobre la evasión fiscal o las cuentas offshore.
Eso mismo lo trasforma en un referente a nivel mundial en estos momentos, excede al mundo católico. En la encíclica Populorum Progressio de 1967 ya se hablaba de que no es justo ni ético que los que hicieron la plata en el país la saquen al exterior. Por eso repito, no está inventando la pólvora Francisco, solo que dirige su mensaje a quien tiene que ir dirigido, precisamente a aquellos que quisieran recibir caricias de parte del Vaticano.
-Hablábamos del inmenso papel que llevó a Carlos Múgica, ahora le quiero preguntar sobre la predica, tan actual, de otro de los mártires que tuvo la Iglesia Católica, Enrique Angelelli.
Hoy más que nunca es necesario seguir sus palabras: tener un oído en el Evangelio y otro en el pueblo. El Evangelio y el neoliberalismo son contrapuestos. Por eso es necesario decirle a la gente que un cristiano no puede votar a un proyecto que va en contra de sus intereses. Y un oído en el pueblo quiere decir que es necesario escuchar las causas por las cuales el pueblo no te votó. Estar atentos a esas razones.
-¿Qué lo conmueve en estos días?
Muchas cosas me conmueven. En estos días estoy tratando de acomodarme al resultado de las PASO. Me conmueve, intento que me siga conmoviendo, el dolor de los más humildes. Trato de que nunca me acostumbre a tanto sufrimiento porque uno puede llegar a acostumbrarse a ver como normal lo que no lo es.

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