Por Maximiliano Borches
La represión ordenada por el precandidato presidencial del PRO, y actual jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, contra vecinos de Villa Lugano que estuvieron durante casi seis días sin luz, fue el punto de partida de su campaña proselitista 2023.
Violencia política y social, feroz ajuste, devaluación para licuar salarios y “disciplinar” a la población trabajadora, discriminación, vuelta a las AFJP, nuevos tarifazos, privatizaciones y entrega indiscriminada de recursos naturales que Estados Unidos, Europa, Rusia y China ambicionan, son los ejes centrales del proyecto político de la alianza macrista/radical/lilito “Juntos por el Cambio”, que a diario sus referentes expresan sin ruborizarse en cada entrevista; como así también publican en variopintos artículos y zócalos televisivos los principales medios de comunicación que los respaldan: Clarín, La Nación e Infobae, con el objetivo de construir un nuevo “sentido común” que hegemonice la palabra y redireccione el pensamiento colectivo, para convencer a la mayor cantidad posible de ciudadanos de que voten contra sus propios intereses (tal como ocurrió en 2015, un verdadero Déjú Vu)
Comenzada la carrera presidencial 2023, los lineamientos del discurso macrista/radical/lilito, ya son claros: apelar a la emoción para evitar hablar de política (¡y menos aún de economía!), dejar en claro que en un hipotético gobierno de ellos, la represión será la respuesta política a los reclamos populares, y el convencimiento a la población de que el “mal” guarda relación directa con los derechos conquistados y adquiridos por los trabajadores, la vigencia de empresas estatales, el “congelamiento de tarifas” (tal como mentirosamente y con clara intención proselitistas a favor de un nuevo tarifazo, expresa el artículo publicado en el diario “La Nación”: “Cortes de luz: el AMBA tiene uno de los peores servicios eléctricos de la región”, del 16/02/2023, firmado por Sofía Diamante)
Para lograr este propósito, la derecha neoliberal criolla apuesta al caos social en la Argentina, en medio de una crisis global del capitalismo, donde la inflación, las dificultades de empleo y salario, los intentos de reformas jubilatorias (Francia atraviesa grandes marchas por este motivo), epidemias varias, guerras y cambio climático que hace más difícil el acceso a la comida de millones de personas, pone en jaque al planeta.
A 40 años de recuperada para siempre la democracia debimos haber aprendido como sociedad, que al momento de elegir un nuevo Gobierno, se vota un proyecto de país y no a una persona. Un aprendizaje consolidado en los países centrales. De cada uno de nosotros depende el futuro de la Argentina.

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