Argentina termina el año con la movilización pacífica más grande de su historia y evitando una megadevaluación
El pueblo necesitaba hacer catarsis colectiva para liberar tensiones y sufrimientos, y lo hizo en paz. La gran victoria ante Francia tras el épico partido final de la Copa del Mundo Qatar 2022, materializó esa necesidad y en el regreso triunfal de los héroes deportivos, más de 6 millones de argentinos se movilizaron solo en el AMBA (¿cuántos lo habrán hecho en todo el país?) Tras un largo día, felizmente la Argentina no lamentó muertos, desbandes ni destrozos, salvo un final de jornada para el olvido que protagonizaron un puñado de lúmpenes, y la siempre lista para reprimir Policía de la Ciudad. Otro dato significativo para este año -convertido en árbol de otoño por la altura de su calendario-, es que los dueños de la Argentina no pudieron imponer una megadevaluación, con la que amagaron a mediados de año.
Promediando el pasado mes de julio, los dueños de la Argentina escondían en silobolsas -de manera especulativa- unas 29 millones de toneladas de cereales, equivalentes a poco más de USD 14 mil millones de ese momento. ¿El motivo?: imponer una fuerte devaluación que licue salarios y transforme la mano de obra en excesivamente barata, para sentar las bases de un nuevo ajuste que ya está planeado en las oficinas de la alianza macrista/radical/neolibertaria y presionar por la quita total de retenciones. Lisa y llanamente un “Golpe de Mercado”.
Sorteando sus propias debilidades, la gestión encabezada por el presidente Alberto Fernández superó aquel intento de imponer una megadevaluación, en un contexto por demás crítico, tanto interna como externamente.
Dos modelos en pugna
En pocos días, el 2022 se transformará en balance individual para cada uno de los 47 millones de argentinos. Las deudas generadas por este Gobierno en materia social, se suman a las deudas que la democracia mantiene en este aspecto, a casi 40 años de su recuperación para siempre. En un mundo acechado por guerras y crisis inflacionarias, alimentarias y energéticas, la Argentina no es la excepción.
Sin embargo, y ante la cercanía del comienzo del 2023, que será decisivo para los próximos años de la vida argentina (no solo elegiremos un nuevo Presidente, fundamentalmente elegiremos un proyecto económico), debemos tomar plena conciencia de que la disputa de la próxima década será por los recursos naturales, y nuestro país cuenta con varios de los más codiciados (agua, litio, minerales varios, alimentos, gas, petróleo, una enorme reserva ictícola)
Los enojos con la actual gestión son muchos, y sin dudas entendibles. Pero no hay que perder de vista que la confrontación en esta etapa, es estratégica: o Argentina defiende sus recursos naturales, o los malvende y/o rifa a grandes emporios financieros y megaempresas estadounidenses y europeas.
En esto último radica la gran diferencia entre dos proyectos de país.
Los que representan la pesadilla neoliberal, de quienes tenemos memoria reciente, disfrazan sus verdaderas intenciones entre falsas posturas que quieren venderse sin pelos, como “dialoguistas”, y la dureza brutal (y bruta) de una cómplice de asesinatos cometidos en democracia.

Comments