Por Maximiliano Borches
Surgido como una especie de encarnación criolla de Patrick Bateman, el personaje literario yuppie, psicópata y sádico de la novela “American Psycho”, publicada por Bret Easton Ellis en 1991 (y llevada al cine en el año 2000 de manera brillante por la directora Mary Harron, con el protagonismo de Christian Bale), Javier Milei, es el “monstruo” que Antonio Gramsci describió en referencia a la irrupción del fascismo en su Italia natal: "El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en este claroscuro surgen los monstruos".
El mundo atraviesa una transición definitiva entre una época y otra, y la Argentina no es la excepción. La agenda global se lee de derecha a izquierda. Y en nuestro país, esa agenda es la que marca el ritmo de la política. Es en este contexto post-pandémico y de movimiento brutal de placas tectónicas del poder concentrado y sus estrategias geopolíticas, que se impone de manera caricaturezca -pero peligrosa-, un personaje que no solo encarna al “enano fascista” que habita en un importante sector de la población. Es el engendro del nuevo laboratorio político del stablishment, que logró (por ahora), resignificar la rebeldía y el deseo de un cambio revolucionario de la mano de los sectores elitistas y conservadores de la sociedad, cuyo máximo –e histórico- objetivo es retrotraer a la Argentina al preperonismo; es decir, a como se vivía en este país antes del 4 de junio de 1946, día en que Juan Domingo Perón asumió su primera presidencia.
La impunidad de su discurso no escuchado por amplios sectores de sus votantes, la construcción de su representación simbólica y el magistral uso de redes sociales, hacen el resto. Si bien la crisis económica, el exorbitante precio de la comida, de los alquiles, la ropa, y la vida en general; son una fatal combinación de reintroducción y mega-reendeudamiento por 45 mil millones de dólares con el FMI, heredados de Mauricicio Macri, con malas y cobardes políticas aplicadas por la gestión Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, más los efectos dejados por la pandemia de covid-19, la histórica sequía y la guerra en Europa; la excesiva acción del progresismo pacato de los últimos años posibilitó también, en cierta medida, la gestación de este monstruo. La promesa de “romper todo” y de “una vida mejor” por parte de este personaje, es la resignificación del mito del “Becerro de oro”, relatado de la Torah, que narra la reacción ególatra del pueblo judío por crear un falso profeta tras liberarse de Egipto, en momentos que Moisés recibía los mandamientos en el Monte Sinaí, de la mano del conductor eterno.
Escena del film “American “Psycho” (Christian Bale, encarna al personaje sádico de Patrick Bateman)
Desde su propuesta de venta de órganos y la libre portación de armas, al desarrollo de su propuesta en general, que entre otros puntos define a la Justicia Social como robo, o al proyecto de suplantar el acceso a la formación educativa por vouchers educativos; el candidato a Presidente por “La Libertad Avanza”, sólo representa todo aquello que nada tiene que ver con el bienestar popular y el desarrollo armónico de las fuerzas productivas del pueblo argentino.
Nostálgicos del pasado, a pesar de que proponen “futuro”, su meta es volver a la superada década de los ´90. En este sentido, Milei hasta consiguió su versión actual de la mediática Amalia “Yuyito” González. Las dos versiones de la derecha criolla –una de ellas representada por la polifacética y premiada saltimbanqui, Patricia Bullrich- proponen ajustes crueles contra los trabajadores y el pueblo en general. La farsa de la historia intenta volver a interpretarse como un giro más de la dialéctica del amo y el esclavo.
El panorama es sombrío, pero el futuro inmediato de la Argentina se presenta alentador por los números que comienzan a manejarse a partir de 2024. La propuesta de un Gobierno de Coalición esbozada por el candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, conlleva los proyectos de inclusión y desarrollo que nuestro pueblo no puede perder.
No retrocedamos.
Todavía estamos a tiempo.
De nosotros depende.
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